El Parque Panul se encuentra ubicado en la comuna de La Florida, al final de la calle Rojas Magallanes, pudiendo acceder al punto de entrada tanto en transporte publico como propio. Muchos también acceden en bicicletas, otros caminando, así que si la idea es visitarlo, existen muchas maneras de poder hacerlo.
Yendo al detalle, El sector del Panul no es propiamente un Parque, ya que este se encuentra en terrenos privados, dentro de los cuales por muchos años ha existido la idea y deseo de construir y arrasar el bosque nativo para dar paso a lujosas y costosas viviendas. Ahora bien, así como ha habido presión para destruir, también ha existido el rechazo y fuerza contraria ejercida por organizaciones comunitarias unidas por el bien común de preservar y proteger este bosque de un valor único tanto para nuestra ciudad como para todo el planeta.
El Bosque Panul es nuestro último bosque nativo en Santiago, que alberga un rico ecosistema de nuestra flora y fauna nativa. La simple idea de destruirlo para construir mas viviendas parece descabellada, pero lamentablemente para algunos, la riqueza es un bien mayor que el mismo oxigeno que entrega el bosque.
Luego de esa presentación, me gustaría relatar el recorrido realizado en dos días diferentes junto a mi compañero de cordada Javier, mi hijo, con quien pudimos recorrer amplios sectores del Panul.
A continuación están las rutas realizadas, ambas de 8 kilómetros cada una, las cuales serán divididas en sector norte y sector sur en el relato y en las fotografiás. La primera realizada el domingo 1 de Noviembre, y la segunda la semana siguiente, el día 8.
La ruta del primer día fue inicialmente hacia el este, en dirección a la linea de cables de alta tensión, para luego empalmar con un sendero que se dirige al norte hasta el sector de lo Cañas.
Comenzando la caminata. Con vista hacia la ciudad que poco a poco iba quedando atrás.
La caminata inicial comienza en un sector de poca vegetación, lo que en días soleados te puede desmotivar un poco. Lo bueno es que al poco andar, ya nos internamos en el bosque, y la sombra y brisa vuelven la caminata mucho mas agradable.
Ya a mayor altura. Ya habiendo alcanzado la segunda linea de transmisión. Caminando en dirección norte.
Y seguíamos avanzando.
Un descenso y luego ascenso en zig-zag para poder sortear la quebrada que estaba al frente nuestro.
Mi compañero de cordada, Javierito.
Feliz, disfrutando la naturaleza.
Y una foto juntos. Disfrutando el día y la caminata.
Un poco mas allá nos encontramos con una quebrada seca, que marca el limite con el sector urbanizado de lo Cañas. Desde ahí enfilamos hacia el oeste, descendiendo y retornando al punto en que habíamos comenzado horas atrás.
Quedamos con ganas de regresar, y eso fue lo que hicimos el domingo siguiente.
Dicha aventura, será descrita a continuación.
Segunda aventura al Panul, sector Sur.
El recorrido es el mismo que el anterior hasta el sector de las lineas de transmisión, pero en esta ocasión nos dirigimos hacia el sur, cruzando un bikepark y emergiendo a la ciudad por el costado de un condominio de un nombre bastante rimbombante, "La dehesa de la Viña".
Algunas aves que pudimos observar ese día.
Una colorida Loica.
Cernícalo.
Y una araña bastante grande que se encontraba a un costado del camino.
Caminando en dirección sur, bordeando unas colinas.
Llegando a un sector de mucha vegetación.
Una quebrada completamente verde, con arboles nativos inmensos.
Fue un momento muy agradable, bajo la sombra de los arboles, con un viento que nos refrescaba luego de la caminata en un día muy caluroso.
Grandes arboles nativos.
Por un momento fue como estar en el Sur de Chile, en medio de un Parque Nacional rodeado de enormes arboles, sintiéndote parte de la naturaleza, a kilómetros de la ciudad y la civilización.
Fue de verdad un mágico momento.
Con mi campeón disfrutando. Felices. La foto lo dice todo.
Luego de salir de la quebrada verde, retornamos nuevamente a sectores mas secos, para finalmente encontrarnos de frente con rastros de la civilización.
En esta ocasión fue con un condominio cerrado y cercado con un nombre que después al saberlo me dio un poco de risa, "La Dehesa de la Viña".
Tuvimos que cruzar una cerca para poder acceder a una avenida y así poder retornar al hogar.
En lo personal, fueron caminatas muy gratificantes. Primero porque las hice junto a mi querido hijo Javier, y también porque es un sector de la ciudad que actualmente esta corriendo mucho peligro.
El riesgo de que este sector de naturaleza, verdor, esparcimiento y vida desaparezca es muy alto, por lo que difundir su valor, generar conciencia y movilizar a las personas en su protección es muy necesario; un imperativo que nos llama a luchar para preservar lo poco que no hemos destruido.