Recorriendo sus bellos senderos, siempre rodeado de nuestro bosque nativo.
Un magnifico Loro Tricahue, solitario, aunque pudimos escuchar varias bandadas ocultas entre los arboles durante nuestro recorrido.
El sector de los pozones. Detención necesaria para cargar botellas, refrescarse, y si estas de animo para enfrentar sus frías aguas, darte un chapuzón.
Luego del descanso, proseguimos. El destino era un sector llamado la Meseta del Alto, por lo que la inclinación comenzó aumentar y el ascenso se volvió mas lento.
Otro pequeño estero que nos sirvió para reponernos.
La ruta se estaba volviendo muy agotadora.
Un bello Toro en las alturas, posando con las majestuosas montañas de fondo.
Cada vez mas cerca de nuestro destino. La panorámica desde la altura cada vez se estaba volviendo mas sorprendente.
Meta conseguida.
Luego de casi 8 kilómetros recorridos, un desnivel de mas de 700 metros y poco mas de tres horas, pudimos llegar a la meseta del Alto, lugar que te permite tener una panorámica completa de los alrededores del Parque.
En lo personal, fue un gran desafío, ya que por gran parte de la ruta tuve que cargar a Alonsito en mis hombros, lo que demandó una exigencia física mayor, la cual fue compensada por la motivación de poder llegar a destino junto a mi pequeño.
Un parque muy bello, con variedad de senderos para recorrer. Ideal para visitar en familia y agendarlo como visita obligada si te encuentras recorriendo este maravilloso sector de la VII Región.