Resulta inevitable intentar evadir el llamado a encaminarnos hacia un nuevo sendero de la Mágica Montaña que adorna nuestro territorio. Su voz milenaria es la encarnación que engloba una seducción misteriosa que alberga una pulsión de vida y muerte, pues siendo entrañablemente atractiva y vital conlleva la sombra del riesgo y lo desconocido...
Tal como el canto de las Sirenas nos atrae a buscar sus secretos guardados a través del tiempo milenario, con los códices de antaño no revelados nunca en su totalidad.
Tras su camino, están los que caminaron ayer tras la promesa por revelar, caminantes imperiales, sacerdotes en busca de un Huaca, conquistadores de nuevos mundos y tantos otros...
Nosotros somos simples aprendices guiados por maestros respetuosos de su imperio de naturaleza viva y presente. Tras los farellones, riscos y escarpadops caminos se encuentran los mensajes inequívocos de quién plasmo su mensaje invitandonos a realizar el viaje de búsqueda desde nuestra humanidad.
La fuerza subterranea que transita desde los más lejanos confines y exalta nuestro paisaje llama nuevamente a internarnos y partir ante la sutil invitación del viento, mensajero.
Prontamente iniciaremos nuestro ritual iniciatico tras la huella de aquellos que marcaron el inicio que cual símbolica rueda prosigue su marcha hacia la cumbre prometida.
Nuevamente la brisa, el sol, los ramajes, árboles y bestias serán nuestros anfitriones para que en el intento soberano de la búsqueda de nuevos mundos encontremos la puerta de acceso a esa realidad reservada solamente para los elegidos.
Si no fuese esta la oportunidad, nuestra voluntad no cederá ante los nuevos senderos prometidos que irán labrando nuestro recorrido por la ruta vital de la vida la cual analógicamente volverá a llevarnos hacia la esperada cumbre prometida y anhelada desde la eternidad .
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