El pasado miércoles 19 de marzo, tuve la posibilidad de realizar un nuevo recorrido junto a mi padre por uno de los senderos que quizás mas evocan en mi la nostalgia del pasado y las primeras aventuras cordilleranas de mi infancia y juventud.
Por años, el sector de Los Patos en la quinta región fue un destino en los veranos para acampar y disfrutar junto a mi padre y hermanos de la vida al aire libre. Nos íbamos por varios días, y las jornadas de caminata, conversaciones al lado de la fogata, pesca en el estero, entre otras actividades, se transformaba en una agradable rutina que duraba los días en que estábamos inmersos en este bello rincón cordillerano.
La caminata comenzó a eso de las 10 de la mañana, registrando nuestro ingreso en el reten de carabineros de Los Patos.
Los primeros acompañantes que tuvimos. Una vaca con su cría pasaron a nuestro lado.
Mi padre.
Un verde campo de orégano.
La primera parte de la ruta esta completamente intervenida por la empresa constructora del embalse que capta las aguas del rió Rocin.
Ya llegando al antiguo refugio militar el camino era el de siempre.
Una de las primeras detenciones para tomar agua, y por supuesto tomarnos alguna fotografía.
Un pequeño caudal aún se resistía al caluroso verano.
El estero del Chalaco. En este punto debimos cruzarlo. Por lo que por el resto de la caminata, ahora lo íbamos a tener a nuestra mano derecha.
Un descanso necesario para escapar del sol de mediodía
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Panorámica hacia el sur, observando el camino ya recorrido.
Vista hacia el norte.
Ya habíamos llegado a la parte mas alta de la cuesta, por lo que ya lográbamos visualizar nuestro destino final.
13:15 aprox. Tres horas 15 minutos y ya estábamos disfrutando del lugar que nos acogió en tantas ocasiones en el pasado, y que ahora nos daba la bienvenida luego de 12 años aproximadamente.
El hermoso estero.
Un descanso necesario y ya era hora del regreso.
Decíamos adiós a este hermoso lugar.
Una panorámica con vista hacia el norte.
Los "corrales del chalaco", monumento nacional.
Un trekking que en lo personal fue muy significativo, el recordar de forma tan intensa aquellos lindos momentos vividos en este rincón cordillerano es un aliciente mas para seguir recorriendo sendas transitadas y muchas otras que aun quedan por conocer.
Indagar y descubrir nuevas rutas sera la tarea que debemos mantener viva para así lograr traspasar a otros el cuidado por nuestro entorno y el disfrute de nuestra bella naturaleza.
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