martes, 28 de marzo de 2017

Parque Nacional Queulat





Muchos años atrás, por allá por el mes de febrero del 2008, me encontraba recorriendo la sorprendente ruta de la carretera Austral en su tramo norte, es decir desde Puerto Montt hasta Coyhaique. Había sido la concreción de un sueño que se había ido desarrollando con el paso de los años, y que se plasmó a realidad nueve años atrás.
Los puntos a visitar ya estaban definidos, y este Parque era una de las detenciones obligadas.

En esa época, el transporte fue desde Chaiten al sur, con una larga detención en el poblado cercano de Puyuhuapi, para después proseguir.

La carretera austral corre a un par de kilómetros de distancia de la entrada, por lo que fue necesario caminar por algún tiempo bajo el bello bosque austral.












Detalle de los senderos posibles a realizar.
Mapa informativo ubicado fuera de la oficina del guardaparques









Los valores de entrada y sitio de camping no los recuerdo, pero claramente deben  haber variado los precios en estos casi diez años.

El primer sendero de ese primer día fue hacia la laguna témpanos, con vista al enorme y vistoso ventisquero colgante. 

Se presentó una pequeña ventana en que las nubes se disiparon, así que teníamos que aprovechar, ya que por lo que nos informaron los guarda parques en la entrada, la lluvia iba a comenzar muy pronto.

















La distancia total de este sendero ida y vuelta es de aproximadamente 1,2 kilometros, los cuales recorren un sector de gran belleza del parque.
 










Posando junto a la "Laguna Témpanos", con el ventisquero colgante cubierto de nubes. Solo se alcanza a apreciar una de las cascadas que caen desde sus hielos eternos.












Solo habían dos opciones, o se despejaba un poco y podíamos ver el a esta altura el esquivo glaciar, o comenzaba el aguacero y nos teníamos que regresar corriendo a la carpa.

La espera valió la pena, fue la primera opción












Un gran regalo. Lo que parecía imposible, ocurrió.
Aún recuerdo ese momento expectante, de pronto, las nubes comenzaron a tomar mas altura, poco a poco la silueta y figura de la enorme masa glaciar fue apareciendo, hasta lograr tener una vista limpia y despejada.














La emoción del momento fue aprovechada al máximo. Al poco tiempo las nubes volvieron a descender, y comenzaron a caer las primeras gotas de una lluvia que iba a venir sí o sí.

El aguacero comenzó ya en la noche. Tuvimos la fortuna de que nuestra carpa pudo soportar, pero una pareja que acampaba en las cercanías debió partir a primera hora del día siguiente con todas sus pertenencias mojadas.

La idea de ese día era cubrir el sendero "Mirador del ventisquero" distante a poco más de tres kilómetros desde los sitios de camping, y cuyo premio mayor es poder obtener una vista mucho más cercana del gigante de hielo.












Una bella ave posaba para nuestra camara










Esa mañana el cielo estaba completamente nublado, y a ratos la lluvia volvía a hacerse presente.
El bosque se transformaba en las clásicas imágenes que hemos visto desde pequeños del sur de nuestro país, con una vegetación exuberante, días nublados, y la continua lluvia que cae copiosamente.










Bien equipado, con parka y un buen gorro chilote. Vestimenta necesaria para la lluvia austral.








Un pequeño Chucao a un costado del camino, mimetizado junto a un gran tronco caido.









La ruta a ratos mantiene un constante ascenso, lo que demanda un esfuerzo físico para nada menor. El premio final es un mirador con una vista privilegiada al Ventisquero Colgante, pero lamentablemente para nosotros, no ocurrió lo del día anterior, y en esa mañana, las nubes lo cubrían por completo, siendo imposible apreciarlo.

Habría sido mucho pedir a la suerte de que el cielo se despejara súbitamente.
Nos quedamos con la postal desde laguna témpanos, y la vista más cercana tendrá que ser para una próxima visita.










A casi 10 años de la visita a este hermoso rincón de la carretera austral, los riesgos que corren los glaciares a lo largo del planeta han aumentado considerablemente. El fenómeno del Calentamiento global resuena con mayor intensidad con el paso de los años, y eso principalmente es debido a que sus efectos ya no pueden ser silenciados ni escondidos, se ha vuelto visible, fácilmente observable, a través de una serie de situaciones que han estado afectado a todo nuestro planeta.

En la oficina del guarda parques, a la entrada del parque, tuve la posibilidad de ver unas fotos muy antiguas, en blanco y negro, que retraban la majestuosidad del glaciar, mucho antes de ser "ventisquero colgante" la masa de hielo caía sobre la laguna y la cubría hasta la mitad.

Es necesario seguir educando y reforzando la necesidad de cuidar nuestro planeta. Todos nosotros podemos aportar, y este es el momento, antes de que ya sea demasiado tarde, y el avance del daño sea imposible de revertir.






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