Dentro de los proyectos personales que esperaba realizar este verano del 2017-2018, y que se encontraba dentro del mundo de las ideas desde hace mucho tiempo, era poder lograr cumbres de mayor altura, obviamente siguiendo un plan de conquista desde una menor, hasta coronar una mas significativa, como el Cerro El Plomo.
La primera etapa la concrete el día sábado 16 de diciembre del 2017, logrando hacer cumbre en los 4180 metros del Pintor.
Tres semanas después la cumbre a alcanzar era El Leonera, que con sus 4950 se presentaba como un desafió mucho mayor a los intentados anteriormente.
Aproximándome a esta montaña, el terreno estaría ya mas despejado para cerrar el proyecto del verano con la cumbre del Plomo ya mas cerca.
El sábado 6 de enero estaba pronosticado un día completamente despejado en la cordillera, así que emprendí rumbo hacia el centro de sky la Parva, sorteando antes las innumerables curvas que se presentan en la ruta.
Ya en el andarivel, emocionado y expectante a lo que vendría ese día y al siguiente.
No era una aventura en solitario, me acompañaba "mi regalona" mi mochila que me ha acompañado en innumerables viajes, y que con los años he ido estampando en ella el recuerdo de los lugares que he podido visitar.
La laguna Piuquenes, punto de partida para comenzar el trekking del día.
El destino final seria el sector llamado Cancha de carreras, una explanada con variados sitios donde poder instalarse y establecer el campamento.
Mirando hacia atrás (Sur), observando el camino ya recorrido.
Sobresale el falsa parva al final del sendero.
Ya con la vista puesta sobre el Pintor
Decir que en esta ocasión el sendero se recorría mucho mas lento y pausado que la vez anterior cuando había ido por el día, y con suerte cargaba en mi mochila 4 kilos, entre el agua y la ración de marcha. Ahora entre el saco de dormir, carpa y comida eran mínimo 10 kilos.
Legando a la famosa Cancha de Carreras, una explanada en verdad enorme y vasta, completamente atípica para el sector en donde me encontraba; en medio de montañas.
Nubosidad cubriendo al Leonera y al Plomo, no pudiendo apreciarse muy bien en toda su majestuosidad.
Panorámica de la gran explanada. Sitio ocupado por muchas cordadas para establecer su base de ascenso al Leonera
Sitio escogido para armar mi carpa.
Al poco tiempo llego otra cordada con 8 integrantes, que se instalaron en el mismo sitio donde me encontraba.
Descansando un poco.
Era el momento de ir a explorar el lugar, ya que como no había llevado agua, mi apuesta fue encontrar algún sitio con nieve para poder derretir.
Caminando por aquel extraño sitio
No muy lejos de mi carpa, pude ver a lo lejos algunos manchones de nieve que se encontraban a orillas de un gran acantilado. Me dirigí hacia ellos para poder elegir el mejor y mas accesible para poder obtener nieve.
Finalmente escogí el que en esta foto esta mas a la derecha. Los otros eran imposibles de alcanzar
Listo para empezar la tarea
Una selfie junto a la nieve que me permitiría disponer de agua para la noche y para el día siguiente
Ya de regreso a mi hogar por esa noche.
La tarea era comenzar a derretir nieve para el día siguiente, y para la comida que iba a comenzar a preparar.
A eso de las 20:00 horas ya estaba cómodamente instalado. Un constante dolor de cabeza se estaba haciendo presente desde hace un par de horas, y el apetito no era el de los mejores. La puna o Mal de altura se estaba haciendo presente.
Uno de los chicos de la cordada llevaba GPS, indicándonos que nos encontrábamos a 4130 metros de altura, algo no menor, pensando que esa misma mañana había despertado en Santiago a no mas de 800 metros de altura.
La cordada iba a comenzar su ascenso a las 03:00 AM, así que decidí unirme a ellos para no intentar en solitario la cumbre.
Esta foto es una de las últimas que tomé antes de que anocheciera, con la vista fija en la meta que quería conseguir al día siguiente.
Lamentablemente uno propone muchas veces, puede contar con el animo y la motivación, pero el cuerpo en esta ocasión dijo otra cosa. El mal de altura se presento en la noche no permitiendome dormir mas allá de 20 minutos. Tuve muchos despertares con la sensación de que me faltaba el aire, acomodándome en la carpa en innumerables ocasiones. El dolor de cabeza persistió y el malestar se hizo un poco mas intenso.
A las 03:00 AM sonó mi alarma, pero no estaba en condiciones de emprender el proyecto del Leonera. estaba muy cansado, con un malestar general, con sueño, agotado, por lo que decidí quedarme e intentar tener un sueño mas continuo.
Escuche que algunos partieron y dos del grupo de ellos también optaron por quedarse. Yo seguí con mi malestar y mi sueño interrumpido hasta las 7 de la mañana.
Con molestia y también desazón, rápidamente desarme el campamento. Guarde mi carpa y saco, prepare mi mochila, y emprendí el regreso.
Toda la ruta de regreso fui pensando y analizando lo ocurrido, tratando de asimilar el hecho de no haber podido cumplir con mi meta autoimpuesta. Había frustración y malestar.
Fue al pasar los días que logre obtener un cierre y análisis final del proyecto que no pude cumplir. Finalmente opte por volver a las rutas de menor altura, pensando que tal vez la altura no es lo mio, que la puna o mal de altura es un llamado de atención que me dijo que si no tengo la adaptación y aclimatación necesaria, algún día en el futuro esta se volverá a hacer presente.
Seguiré descubriendo y recorriendo senderos en donde el factor altura no este presente, sino que solamente mi motivación y ganas por cumplir desafíos y explorar lugares maravillosos del país y del mundo.
Tal vez en un tiempo mas vuelva a visitar este cerro, quizás.
Nadie sabe que nos trae nuestro futuro.
Que experiencia hermanito. Realmente reveladora, quizás un proceso de ascenso gradual sea lo más recomendable.
ResponderEliminarEn todo caso, felicitaciones por la descripción de esta aventura y fotografías..
Leí casi 10 historias de una mis felicitaciones por tus experiencias.
ResponderEliminarMuchas gracias!!!!!
Eliminar