Aprovechando los feriados de fiestas patrias, el pasado lunes 17 de septiembre emprendimos rumbo hacia este cerro que marca la división (o unión) de dos cajones importantes de la cordillera capitalina, el estero San Francisco y el Yerba loca.
La idea era destinar tan solo medio día, para así poder llegar a disfrutar de un rico asado de cordero en casa.
La salida de Santiago fue a las 7 de la mañana, y poco antes de las 8:00 am ya estábamos comenzando la caminata.
El primer tramo es bien exigente físicamente, pudiendo ganar altura rápidamente por la inclinación del terreno.
Algunos tramos de piedra suelta y perdidas breves del sendero fueron dificultando la caminata.
Llegando a la primera falsa cumbre.
Un gran árbol a un costado del sendero. En una de las quebradas del cerro había un gran numero de arboles nativos, que permitía el refugio de algunas aves que volaban por el sector.
Ya a mayor altura, cerca de los 2000 mts. Con una vista hacia el Oeste, pudiendo apreciar varias cumbres de dicho cordón.
Hacia la derecha, la punta que tiene algo de nieve en su cumbre corresponde al Cerro Canoitas, ascendido en el mes de abril de este año.
Luego de 1 hora 45 minutos, y a buen ritmo, logramos llegar a la altura máxima del cerro, coronada por una cruz de madera y un monolito de rocas que servia de soporte.
Desde la cumbre se tiene un gran panorámica a las montañas en 360°.
Esta vista es hacia el norte, apreciándose a la izquierda el Cerro Manchón, y hacia la derecha el cajón de Yerba loca, con su ruta que llega a los pies del Glaciar del Cerro La Paloma.
La cara sur del Altar Falso y el Altar
Vista hacia el noroeste, con el Cerro Manchón ahora a la derecha, y a la izquierda al fondo el Cortadera, cuyo acceso esta mucho mas al norte en el camino que lleva a la mina los bronces.
Una Panorámica hacia el noroeste, Canoitas, Cortadera, cajón del Rio San Francisco, (Camino hacia los Bronces), El Manchón, y el cajón de yerba loca.
Foto final que coronaba una excelente jornada de Trekking.
Y al regresar.
Bajando rumbo a Santiago nos encontramos con este zorro a orillas del camino.
Con mucho cuidado y sin alterarlo pudimos conseguir algunas fotos de su descanso a un costado de la ruta.
Un bello momento que nos acerco a la fauna nativa de esta zona cordillerana que nos invita a cuidarla y protegerla.
Un cerro muy accesible desde la ciudad de Santiago.
En auto son 50 minutos aproximadamente al sitio donde es necesario estacionar. Luego del desvío en el sector de Corral Quemado hacia el camino que lleva a la mina los Bronces son tan solo algunos kilómetros.
La ruta a ratos se vuelve algo confusa, por la diversidad de opciones de senderos que a veces se presentan. El uso de alguna aplicación con GPS es recomendable para marcar la ruta, principalmente en la bajada, en donde a ratos nos pasó que nos desviábamos y teníamos que ir chequeando para evitar un desvío mayor que nos apartara del sitio desde donde habíamos comenzado.
Un buen panorama de medio día para aquellos que quieran cambiar los clásicos cerros de los alrededores de Santiago, de hecho ese día no nos topamos con nadie.
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